jueves, 7 de abril de 2011

Spotting, spotters, ‘aerotrastornados’…

La traducción literal de la palabra inglesa spotter es “observador”, aunque para el asunto que nos referimos mejor sería “aerotrastornado”, que así se autodenominan los aficionados a la observación de aviones que, además, documentan gráficamente sus avistamientos, es decir, le hacen fotos a los aviones que observan, es decir hacen spotting.
¿Frikis? Pues depende. En principio, una afición como otra cualquiera.
Uno de estos aficionados es Ricardo Acosta. Periodista de Onda Cero y creador del grupo Spotting Andalucía.
“El spotting nació después de la segunda guerra mundial. Es tan sencillo como unir las aficiones a la aviación y a la fotografía. Nos movemos en entornos de aeropuertos con nuestras cámaras y tratamos de sacar buenas fotos, identificar a los aviones, catalogarlos etc”, comenta.
Ni que decir tiene que objetos codiciados en el spotting en general a nivel mundial son nuevos aviones o aparatos poco fotografiados, pero, en el caso de Sevilla, hay todavía mucho por andar.
Spotters haciendo spotting
“Yo siempre he sido aficionado y me daba cosa ver que en muchos sitios de España los spotters estaban organizados y hacían actividades. Aquí no había nada organizado, pero sí afición, porque gente con cámaras a pie de pista de aeródromos siempre había. Me propuse intentarlo creando listas en las redes sociales y somos ya 260 en poco más de un año”, informa Acosta.
Tienen su propia web y han organizado visitas a Airbus Military, el aeropuerto de San Pablo, la unidad militar de helicópteros de El Copero (Bhelma IV), la base de Morón, entre otras.
Pero ¿cómo es un aficionado al spotting? Pues parece que no hay un patrón definido. En Spotting Andalucía hay ingenieros aeronáuticos y mecánicos de aviones, pero también médicos, periodistas, informáticos… Unos se mueven en los alrededores de su ciudad y los más hartibles recorren miles de kilómetros para acudir a festivales aéreos.
Y ¿cómo surge la afición? Ricardo dice que a él le surgió a través de la fotografía, ya que los aviones ofrecen unas posibilidades estupendas, otros la han mamado y otros…
Manuel Gutiérrez es aficionado a la fotografía. Informático y empresario (de la prestigiosa compañía especializada en 2.0 FACTORYDEA), tiene su oficina en el polígono Nuevo Calonge, cerca de una de las pistas de aterrizaje de San Pablo. “Cuando me instalé aquí”, comenta divertido, “empecé a notar aviones pasar sobre mi cabeza y me quedé impresionado al verlos tan cerca. Un día me traje la cámara y cuando oí uno salí a la terraza a hacer fotos”. Hoy es uno de los aerotrastornados de Sevilla.
Coincide con Ricardo en que aún se pueden hacer muchas cosas y pone el ejemplo de Barcelona, donde hay habilitada una tribuna para que los spotters saquen fotos tranquilamente. En este sentido, Acosta apunta que “con la crisis hay menos festivales y entonces la opción de ir a las pistas de aterrizaje es la más usada, porque es la que nos queda”.


El sábado, día grande para los spotters sevillanos

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