jueves, 28 de abril de 2011

26+1 salidas, 33 suspensiones

La lluvia, protagonista esperada de la Semana Santa 2011

“¿Qué decir? ¿Qué escribir? La lluvia puñetera se cargó…”
Así comenzaba la crónica de la Madrugá en Sevilla Post y también puede encabezar este balance de la Semana Santa de 2010. Porque ni siquiera los que pudieron acompañar a su cofradía la valoran positivamente sólo por el hecho de que a ellos les fue bien.
Al final fueron más las cofradías que suspendieron su estación de penitencia (33) que las que sí la hicieron (26), sin contar el caso de la Hermandad del Sol, que no llegó a la Campana pero sí a la Catedral, donde se refugió cuando un aguacero tremendo le ¿sorprendió? entre Alemanes, Triunfo y Miguel de Mañara.
Foto cedida por Max Sakafotos
A saber, el Domingo de Ramos fue completo, pero el Lunes Santo dejó de salir el Polígono de San Pablo. El Martes hubo pleno de suspensiones y el Miércoles, de salidas. Y desde que se recogió el palio de Los Panaderos sólo pisaron la calle las cofradías de El Sol, el Sábado Santo, y la Resurrección al día siguiente.
Especialmente doloroso fue el caso del Dulce Nombre, que incomprensible e insensatamente puso su cofradía en la calle en una tarde noche metida en agua y lloviendo. El paso del Señor ante Anás salió y anduvo bajo la lluvia hasta que decidió volver corriendo marcha atrás por Conde de Barajas cuando llegaba a Jesús del Gran Poder.
Los Javieres estuvo a punto de hacer lo mismo, pero un chaparrón cuando la cruz de guía se disponía a salir frenó la barbaridad. Sorprendente fue la proclamación pública, prensa incluida, del resultado del cabildo de oficiales por parte de la hermana mayor, Maruja Vilches, cuyo voto de calidad, unido al de la mitad de su junta, propició el ridículo que hizo la corporación de Omnium Sanctorum.
Algo parecido le pasó a la Trinidad el sábado, aun con los partes más favorables. Con la última del paso del Decreto casi en la iglesia dio marcha atrás y suspendió la estación de penitencia. Lo del Sol ya está contado.
Pero la lluvia no ha sido la única protagonista, es más, si no hubiera aparecido habría habido unas indiscutibles: La Setas de la Encarnación, presentes en corrillos, chistes (“ha llovido porque las Setas piden agua”) y absolutamente todos los medios de comunicación, incluidos montajes como el de la espectacular portada del suplemento del Viernes de Dolores de El Correo (por cierto, un abrazo compañeros).
Todo el mundo estuvo pendiente del supuesto contraste entre la futurista y faraónica obra y el tradicional discurrir de una cofradía sevillana, así como del comportamiento de la gente en el lugar. Especialmente reseñable es que las escaleras se han convertido ya en una grada en la que ver pasar cofradías. Como cosa curiosa, la cuadrilla de los Panaderos igualó en la Plaza Mayor, o sea, en el techo del mercado.
Por señalar algunas cosas más, en los días en los que salieron cofradías no se apreciaron grandes bullas en la calle, hasta el punto que el desplazamiento por el centro no era complicado.
Por último, los hosteleros se quejan de la influencia del tiempo en su negocio, pero en los días de cofradías se veían los bares vacíos y la gente, no sólo la más joven, con bocadillo y refresco. La crisis que no cesa.

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