martes, 20 de marzo de 2012

Historias de la crisis (I): Cierra Loleal, heredera de la cerámica de la Plaza de España

Loleal, comercio sevillano especializado en la venta de cerámica, distaba mucho de ser una tienda para guiris, a pesar de que su ubicación y otros comecios de la zona (estaba en Hernando Colón, 9) así parecieran indicarlo.
Fachada de Loleal días después del cierre del negocio.
Además de la venta directa al público, Manuel Ruiz Leal distribuía este producto tan sevillano a todo el mundo, ya que a lo largo de sus 28 años de vida recibió pedidos de los lugares más insospechados... Pero todo eso se acabó. El mes pasado puso punto y final a esta aventura que empezó en 1984, aunque sus orígenes se van hasta la época de la Exposición Iberoamericana.
Manuel analiza que “ha habido varios causas que nos han llevado a cerrar. El turismo que llega a Sevilla no es de calidad. Los low cost traen público que no gasta y, como además tienen un espacio mínimo para el equipaje sin facturar, menos todavía se paran a comprar piezas de cerámica”.
El dueño de esta empresa sevillana estima que la peatonalización de la Avenida que ha provocado el aislamiento de la calle Hernando Colón es otra de las causas y que, por otra parte, la crisis general se nota de una manera, digamos, sectorial: “El precio del petróleo no ha dejado de subir y los hornos para hacer la cerámica son de gasoil y cuesta mucho dinero ponerlos en marcha, así que nos hemos ido quedando sin proveedores. Luego, La Cartuja ha montado una tienda propia que vende las vajillas a mitad de precio y regalan un juego de café... Son muchas cositas que sumadas te mandan a...”
Manuel Ruiz Leal, en la tienda Loleal.
Curiosamente, Manuel Ruiz asegura que él empezó a notar la crisis tras los atentados del 11-S, ya que dejaron de venir turistas americanos que “apreciaban la cerámica de Sevilla y se gastaban el dinero. Ese mismo público ahora viaja poco y tienen a mano cerámica de México, que es como los chinos del sector. Hubo un momento en que llegué a facturar el 28% del total de la tienda en compras por internet, pero ahora mandar las cosas lejos es también caro”.
La sucesión de acontecimientos es, lamentablemente, conocida por habitual en los negocios: reducir gastos, ajustar los pedidos, esperar una nueva temporada... y finalmente decidir el cierre y ver qué fecha es la más idónea.
“Me da pena estar en la tienda recogiéndolo todo para dejar el local vacío. Nacimos en 1984, pero ten en cuenta que somos herederos de Cerámica Santa Isabel y Cerámica SantaAna, que hicieron, entre otras cosas, la cerámica de la Plaza de España, montaron el primer tejar de ladrillo... Una lástima”
A pesar de los malos tiempos, Manuel Ruiz mira al futuro con optimismo: “Tengo pensado poner un nuevo negocio que tal vez se adapte más a la zona. A ver si hay suerte”.
La vida sigue...