viernes, 22 de abril de 2011

La lluvia se cargó también la Madrugá

¿Qué decir? ¿Qué escribir? La lluvia puñetera se cargó también la Madrugá, aunque bien es cierto que, paradójicamente al tratarse de esta noche, pocas esperanzas albergaba nadie.
Todo sucedió con mucha rapidez.
A la hora de la salida, Manolo García, hermano mayor de la Macarena, anunciaba que no salían. Casi al mismo tiempo y con una hora de antelación hacían lo propio desde el Gran Poder y el Silencio.
La noche, mientras tanto, estaba igual que la tarde. No llovía, caía un chaparrón que daba paso a un rato de calma y luego volvía el agua.
En la atestada calle Pureza retrasaron la suspensión treinta minutos sobre la hora de salida (dos y diez) y en los Gitanos –también con mucha gente en las puertas del santuario– apenas esperaron. El Calvario se adelantó más de una hora, de manera que apenas nadie se enteró de la decisión esperando en la puerta.
Fueron tres noticias muy seguidas y en el momento en que se producían caía sobre Sevilla la peor tromba de agua de la jornada.
Estas tres horas hubo ir y venir de gente en la calle, muchos por pura inercia, aunque el anuncio del Gran Poder de que abrirían las puertas de la basílica a las dos de la madrugada llevó a muchos fieles hasta San Lorenzo.
El resto de templos de cofradías de la Madrugá estarán dispuestos a recibir al público durante la mañana del Viernes Santo, día para el que, por cierto, tampoco hay buenas perspectivas climatológicas.

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