Toromítico presenta de De Newton a Apple. Provoca tu talento un ensayo que da
las claves para sacar a relucir el talento que cada persona encierra y necesita para
vivir
“Disfrazados de
mediocres, cubiertos por un nubarrón gris que parece seguirlos a todas partes,
acorralados por el fracaso escolar –si se trata de niños o jóvenes– o emulando
al hombre invisible –en el caso de muchos adultos–, me he cruzado a lo largo de mi carrera con infinidad de Newtons, Jobs y
Einsteins. De hecho hay millones de ellos en el mundo; el problema es que
no saben que lo son, y lo peor de todo, que la gran mayoría nunca llegará a
conocer el talento que albergaban en su interior”.
Así de contundentemente resume Fernando Alberca, autor del best-seller Todos los niños pueden ser Einstein, la intención del nuevo ensayo que
acaba de publicar la editorial Toromítico (grupo Almuzara), bajo el
título de De Newton a Apple,
provoca tu talento. Si en su anterior libro nos hablaba de que el
determinismo genético influye poco en la inteligencia que desarrollan los seres
humanos y que esta cualidad intelectual se puede mejorar con una buena
educación, en este caso lo que trata el autor es de provocar y sacar a la luz
el talento, una cualidad de máxima importancia para llegar en la vida a donde
nos propongamos.
“Con un poco de
formación, cualquiera de nosotros puede ser el detonante que haga a los demás
fortalecer y aprovechar sus verdaderas posibilidades. Algo demasiado importante
como para, al menos, intentarlo”, comenta Alberca para quien el talento “se aprende, se contagia y
se provoca”.
Según su tesis, en
la familia, en la educación o en la empresa, los talentos existen como existen
los seres humanos; “que brillen con especial intensidad es tarea de cada uno y
procurar que esto ocurra tarea de todos”, ya que, a su juicio, la sociedad
avanza y se desarrolla, y con ella el bienestar de sus integrantes, cuando se
potencia al máximo sus talentos.
Para Fernando
Alberca desconocemos la medida real de
nuestro talento, de nuestro verdadero potencial; por eso lo desaprovechamos
y estamos persuadidos de que no hemos dado aún lo mejor de nosotros mismos.
Este libro nos muestra cómo provocar ese talento que cada uno
de nosotros atesora y que necesitamos desarrollar.
“Newton a los doce años era de los alumnos
más mediocres. A los catorce seguía siéndolo y a los dieciséis también. No
estaba motivado, podríamos decir ahora. No prestaba atención, dirían muchos. No
ponía empeño, le faltaba fuerza de voluntad, le faltaba trabajo, querer… Frases
que he oído demasiado a menudo a algunos compañeros de docencia. Profesores y
padres de muchos Isaacs quizás. Nunca lo sabremos, como no lo supieron nunca
los de Newton”, comenta Alberca sobre el que descubrió las leyes que rigen el
Universo.
“Steve Jobs tampoco sacaba buenas
notas. Duró un semestre en la Universidad. ¡Vaya!, algo tenemos los seres
humanos que escondemos lo que más vale en nosotros, y otros no acaban de
descubrirlo hasta que nos decidimos a sacarlo. Todos podemos escuchárselo
contar en su emotivo discurso de Stanford, cuando le hicieron Doctor Honoris
Causa. Paradojas de la vida”, finaliza el autor.