lunes, 23 de abril de 2012

Almuzara publica ‘Bajo el signo de la esvástica’, de Chaves Nogales

           Bajo el signo de la esvástica es el título de la nueva publiación de Almuzara, obra del insigne periodista y escritor sevillano Manuel Chaves Nogales. Se trata de la recuperación de un gran reportaje que este autor realizó para la revista Ahora sobre la Alemania nazi a pocos meses del ascenso definitivo de Adolf Hitler al poder.
Publicado en mayo de 1933 en una serie de piezas englobadas en una serie mayor que se anunciaba bajo el marbete Cómo se vive en los países de régimen fascista, este premonitorio texto de Chaves Nogales se adelanta a los acontecimientos históricos acaecidos durante el Tercer Reich, al recoger entre sus líneas la ya efectiva inoculación del nacionalsocialismo en el corazón del pueblo alemán.
Es un reportaje de índole sociológico realizado a pie de calle y refleja el enorme interés del escritor sevillano por contar cómo la población media germana se había convertido al nuevo régimen. También denuncia cómo se arrinconaba dramáticamente al judío y presagia su aniquilación sistemática, como así sucedió.
Chaves Nogales anticipa la noticia sobre los campos de trabajos forzados, advirtiendo del futuro oscuro de estos recintos. Sin embargo, no desatiende a las altas esferas e incluye, en este reportaje, una entrevista al ministro de la propaganda nazi, JosephGoebbels, y algunas observaciones de política mundial.
En esta edición se inserta en apéndices la repercusión de su conferencia Cómo se acaba con una República. Del comunismo ruso al fascismo alemán, impartida en Sevilla a raíz de este viaje a Alemania. El propio Chaves Nogales, en una muestra de su inquietud por la atribulada república española, quiere difundir el “gran interés aleccionador” que tiene “el saber cómo se provocan y cómo se desenvuelven los regímenes dictatoriales”.

sábado, 21 de abril de 2012

TORERO de leyenda



José Mari Manzanares ha vuelto a hacer historia en la plaza de toros de Sevilla al cortar cuatro orejas y salir por la Puerta del Príncipe. El alicantino supo aprovechar las condiciones de los toros de Victoriano del Río que le cayeron en suerte. También Alejandro Talavante alcanzó un buen nivel y cortó una oreja en el primero de su lote. Padilla reapareció de forma emotiva en la Maestranza después de su grave percance del año pasado.

José Mari Manzanares cautivó de nuevo a la afición de Sevilla con dos faenas plenas de talento y calidad.
Puso variedad y calidad en el recibo de capa al segundo de la tarde. En la muleta comenzó al natural llevando al toro, haciendo su embestida. En la segunda tanda ya ligó y subió el tono ambiental. Pasó a la derecha y se gustó, rematando con un largo cambio de mano. Siguió con otra serie más con la derecha y cambió a la zurda. Remató con una tanda ligada por la derecha abrochada con un gran pase de pecho. Mató recibiendo y cortó dos orejas.
En el quinto completó una tarde para la historia. Para empezar, dio buenos lances a la verónica. El toro derribó al caballo de picar y en banderillas la soberbia cuadrilla de Manzanares hizo la lidia perfecta, brillando Curro Javier en la brega y Juan José Trujillo y Luis Blázquez con los palos. Los tres tuvieron que saludar.
Muleta en mano, Manzanares supo dar tiempo al toro y templarlo al natural desde el primer momento. Con la derecha hubo dos series al ralentí. El toro hizo amago de rajarse pero Manzanares lo aguantó a base de temple y de hacerlo todo con mucha cabeza. Hubo una serie al natural espléndida rematada con un trincherazo. La que siguió por la derecha fue sublime por trazo y duración de los muletazos. El público en ese momento era consciente de estar asistiendo a una faena memorable. Manzanares volvió a citar en la suerte de recibir y aguantó hasta un parón del toro antes de dejar una estocada hasta la bola.

(Información facilitada por www.lamaestranza.es)

martes, 17 de abril de 2012

Semana Santa 2012: Las cofradías le quitaron el protagonismo a la lluvia

Tenemos que reconocerlo. Nos ha costado mucho trabajo escribir este balance de la Semana Santa de Sevilla 2012. Tanto que fijaos cuándo llega. Y es que la redacción de Sevilla Post casi se quedó en el Sábado Santo
El misterio de San Gonzalo, en la Magdalena con el Calvario al fondo.
¿Por qué no pudo ser todo así? ¿Por qué no pudimos ver los pasos resplandecer como lo hacía el de la Soledad en su salida desde San Lorenzo? ¿O el de la urna por la Campana? ¿Por qué no pudimos disfrutar todos los días con bullicios del estilo del que llevaba consigo la Trinidad cuando entraba en el centro? ¿O con la solemnidad de serias cofradías como los Servitas por su collación? El sábado salió el Sol –sigue en su labor de afianzarse– y fue un gran día de cofradías. No el único, pero sí el mejor, el que sintetizó cómo queremos que sean todos.
Pero…
Resulta que diez días después de finalizar la Semana Santa de 2012, en los ambientes capillitas aún se habla de los extraños acontecimientos de este año.
Ocurriendo lo que ha ocurrido con la climatología, lo normal sería que todo se centrase en la lluvia y los habituales comentarios de “mala suerte”, “todo el año sin llover y…”, “nosotros tuvimos fortuna…”. Ahí acabaría todo.
Pero no. Entre la Hiniesta, San Gonzalo, La Redención, los Panaderos y, sobre todo, la Vera+Cruz se encargaron de quitar el protagonismo al agua para ostentarlo ellas al completo por motivos más que conocidos.
La unanimidad en la calificación de los comportamientos de las cuatro primeras ha sido total y en el caso de la Vera+Cruz, la leve corriente de apoyo de las primeras horas se diluyó conforme pasaba el tiempo y ahora mismo, con tiempo de reflexión, más son los detractores que los partidarios de la decisión que tomó la junta de gobierno de Francisco Berjano.
El hermano mayor, en actitud loable, no ha tenido inconveniente en explicar los motivos que le llevaron a tomar la decisión de salir sin los pasos y con la reliquia del Lignum Crucis, pero aun dando por válidos sus argumentos, lo cierto y real es que no convencen completamente y que motivos en contra tampoco faltan.
Insiste en que lo que realmente le interesa es que tiene el apoyo de los hermanos de su cofradía, pero si les preguntáramos uno por uno y en privado…
En cuanto a las tres que se mojaron, ya ha quedado dicho todo en este sitio web. No podemos contenernos en insistir en la torpeza. Si han dicho que llueve ¿Por qué se sale a la calle?
Tal vez sea hora de plantearse, entre otras cosas, una reflexión sobre el uso que las juntas de gobierno hacen de los avances tecnológicos, esos que son capaces de decirte que corres riesgo de mojarte. Si los interpretas llevado por el deseo ¿de qué sirve? Ya lo dijimos el año pasado: los partes y las predicciones deben ser útiles cuando no llueve en el momento de salir. Si está cayendo agua en San Julián ¿para qué quieres consultarlos? ¿No está claro ya?
Mención aparte merece el comportamiento del hermano mayor de los Panaderos, Emilio Santiago.
Iba de fiscal del palio (cada uno en su casa…) y, en declaraciones a C. Sur en la puerta de la capilla, dio a entender que había retrasado su marcha intencionadamente para que el público pudiera disfrutarlo más tiempo, dando así por bueno que fuera alejado de sus nazarenos desde Chapineros hasta el final.
Para colmo, cuando el palio estaba enfilando Cuna con más una hora de retraso, abandonó la cofradía para vestirse de chaqueta y corbata y esperarla con la vara de hermano mayor, como si fuera la representación de la hermandad en el paso de una cofradía ajena.
Impresentable.
En otro orden de cosas, recordar que salieron a la calle la mitad de las cofradías de la Semana Santa (concretamente 31, contando con las 3 del Lunes Santo) y la otra mitad (29) ni lo intentaron. Llamó la atención lo ocurrido en la Madrugada del Viernes Santo, día completo entre un Jueves sin cofradías y una tarde de Viernes sin las dos que salen más temprano. Fue una jornada acelerada ante el riesgo de lluvia por la mañana, aunque cuando éste se disipó dio lugar a casos también censurables como que la Macarena tardara más de tres horas en verificar la entrada de la cofradía al completo.
Lo dicho, otra Semana Santa marcada por la lluvia… y, sobre todo, por la inmadura forma de desenvolverse de las cofradías cuando ésta se presenta.

viernes, 6 de abril de 2012

Cuando menos te lo esperas

La aciaga tarde de Jueves Santo vivida este año hizo cundir el desánimo entre los sevillanos que gustan de la Semana Santa. Chaparrones hasta bien después de anochecer presagiaban una Madrugá sin cofradías y una cruz más en esta desagradable Semana Santa…

Jueves Santo
Nazarenos de Pasión camino del Salvador desde Los Remedios.
Todo sucedió con rapidez. Conforme iba llegando el momento de la salida de las distintas cofradías se iban anunciando primero prórrogas –más por ser un trámite casi habitual que por fe– esperando el parte de las 16.00 horas y suspensiones después.
Así, tanto las Cigarreras como los Negritos y la Exaltación esperaron la hora de retraso de rigor y entre las cuatro y las cinco menos veinte nos habíamos quedado sin las tres primeras.
Cuando los ojos se volvieron a Montesión caía sobre el centro el primer gran chaparrón, que no fue el único.
Desde la calle Feria llegó la misma mala noticia también con prórroga incluida, algo que no pasó en las tres últimas (Quinta Angustia, Valle y Pasión) que comunicaron la suspensión de su estación de penitencia incluso antes de que llegara la hora de iniciarla.
La consecuencia, tarde de visitas a los templos con larguísimas colas de paraguas y desmostración del cariño de los sevillanos para con sus cofradías.

Madrugá
Así las cosas, ni el más optimista de los capillitas esperaba lo que sucedió horas después. Hasta en las redes se palpaba esa desesperanza en forma de tuits tipo “En casita con el pijama”.
Pero al filo de la medianoche estalló todo: La Macarena ponía su Cruz de Guía en la calle. Rápida y lógicamente, los ojos se volvieron hacia el Silencio y el Gran Poder. En las últimas horas del Jueves Santo y viendo las previsiones sensiblemente mejoradas aunque sin dejar de lado el riesgo de lluvia, los comentarios eran que quizás las cofradías de capa se arriesgarían, pero las de cola…
Y resulta que tanto en San Lorenzo como en San Antonio Abad todo discurría con normalidad, como en una Madrugá habitual. A lo mejor es que iba a serlo...
Cruz de Guía del Gran Poder en Castelar
Los últimos partes invitaban a la precaución, pero a partir de las nueve de la mañana. Así, las cofradías de capa informaban de que en cualquier caso acortarían el camino de regreso, con lo que, en principio, se preveía una jornada de adelantos horarios.
En la Campana se registró un retraso de unos veinte minutos pero las cofradías entraron antes en sus templos. Entre diez y veinte minutos de adelanto tuvieron las de negro. La Macarena entró a su hora (13.30) pero la Cruz de Guía lo hizo mucho antes de las 10 de la mañana, mientras que la Esperanza de Triana acortó en una hora su recorrido y los Gitanos unos quince minutos.
En la calle el ambiente fue gélido, desapacible. El frío (4 grados a primera hora de la mañana) retrajo a muchas personas que prefirieron quedarse en casa viendo la tele. Las calles húmedas y el miedo a la lluvia no contribuían a mejorarlo.
Aunque eso provocó situaciones maravillosas, como poder andar junto al paso de Gran Poder por la calle Castelar y sentir una y otra vez la mirada perdida por sufrida del Señor como si se estuviera en la intimidad de su basílica.
También hubo ocasión para valorar en su justa medida, esto es, en la calle, el extraordinario trabajo realizado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico en la restauración del paso, recuperados brillos y esplendor originales.
Otra situación especial por inusual: ver el Silencio nazareno a nazareno en la mismísima calle Francos.
La Macarena en la calle Feria.
Foto: Francisco Santiago (Artesacro.org)
¿El Calvario? Repitamos la calle Castelar para ver cómo el Crucificado de Ocampo se lleva la noche para que la Virgen de la Presentación pase con el cielo ya de color añil.
Las cofradías de las Esperanzas fueron siempre acompañadas de su habitual algarabía y ni siquiera el recorte en sus recorridos de vuelta dejando el itinerario por los corazones de sus respectivos barrios (la Macarena tiró por Feria y Resolana; la Esperanza, por Altozano y Pureza) les privó de ese especial público matinal. Fue como un decir “si Ellas no vienen este año nuestras calles, nosotros iremos a buscarlas”.
Por su parte, los Gitanos no pasó por San Román, tal y como estaba previsto este año.
Todas las cofradías salieron y, cuando menos lo esperábamos, tuvimos Madrugá. Intranquila y algo áspera, pero para estar contentos si miramos hacia atrás… y hacia delante.

jueves, 5 de abril de 2012

Volvió a salir cara en el día de las cruces

Lo que se barruntaba en Sevilla desde que finalizó un Martes Santo de visita a templos se confirmó y el Miércoles Santo, como suele pasar en este día, no cayó una gota de agua. El día no fue bonito ya que el sol apenas apareció y cuando lo hizo fue sólo unos segundos, pero, lo realmente importante, la lluvia decidió ausentarse y propició que todas las cofradías salieran a la calle.
Nuevas bambalinas del palio de la Virgen de Consolación.
La primera, puntual, la Sed. El Cristo lució potencias y corona de espinas, aunque lo que realmente despertaba expectación era ver las nuevas bambalinas y el conjunto del palio, basado en el color de los ojos de la Virgen de Consolación.
Llamaron la atención las fuentecillas de cristal de Swarovsky que coronaban cada caída.
Los únicos rayos de sol que se pudieron ver durante el día coincidieron con la salida de San Bernardo, cuya entrada en el centro fue seguida por numerosísimo público en Santa María la Blanca.
Ya había dos cofradías en la calle, el riesgo de lluvia era mínimo, gente dispuesta a disfrutar... Sí. Habrá cosas normales en la Semana Santa 2012.
Una de ellas fue la gran cantidad de público, algo que también provoca anormalidades como reuniones de carritos (en una de ellas pudimos contar hasta cinco ¡para ver a los Panaderos de vuelta en Cuna!) o que una incalificable mujer estuviera cambiando los pañales a un bebé en la cuesta del Rosario mientras el Cristo de Burgos atravesaba hacia la plaza del Pan.
Muchos detalles ofreció en la jornada la hermandad de los Panaderos: Asenjo fue recibido como hermano, formó parte de su cortejo una representación de la cofradía de los Estudiantes de Madrid y llevó un peculiar exorno florar con rosas de Holanda, similar al que lució este verano en la JMJ.
El Salvador minutos antes de que entrara el palio de los Panaderos.
Al fondo pueden apreciarse capirotes de los últimos tramos.
Esta misma cofradía sufrió un tremendo corte a su regreso por el Salvador, de manera que hubo momentos en los que no había un solo nazareno en esta plaza, estando los anteriores en Cuna y los siguientes saliendo de Álvarez Quintero con la Virgen de Regla. Fue una imagen dantesca en la que la gran cantidad de gente que ocupaba la plaza hacía que aquello pareciera más una botellota universitaria que el paso de una cofradía.
Pocas incidencias más que destacar.
En el lado de la normalidad, el recuerdo del Carmen Doloroso a los Javieres por la suspensión del Martes, la Rosa de Pasión del programa de radio Cruz de Guía que portó la Virgen de la Palma por habérsele otorgado al Centro de Estimulación Precoz o el soberbio andar del misterio de la Lanzada
Y la vuelta al monte de claveles rojos del Cristo de Burgos o la singularidad de las flores del palio de la Caridad, la naturalidad de la estación de penitencia de las Siete Palabras olvidados en día tan especial los sucesos recientemente sufridos…
Salió cara el Miércoles Santo y pudimos disfrutar de todas las cofradías del día. Esperemos que no sea el último...

miércoles, 4 de abril de 2012

Martes Santo: Quien evita la ocasión…


Cielo entoldado del Martes Santo.
           No se cumplieron las expectativas más halagüeñas y el Martes Santo de 2012 fue un rosario de suspensiones, desde el Cerro del Águila al principio de la jornada hasta el Dulce Nombre pasadas las ocho de la tarde, de tal suerte que ayer fue, por primera vez en la Historia de la Semana Santa de Sevilla, el segundo Martes Santo consecutivo sin cofradías en la calle.
Por supuesto que hubo las habituales solicitudes de prórrogas y aplazamientos, aunque no todas lo hicieron y sólo una, San Benito, se fue algo más allá de la media hora, esto es, siempre márgenes razonables.
El caso es que conforme avanzaba la tarde y con las cuatro primeras cofradías del día habiendo confirmado la suspensión de su estación de penitencia, en la calle se empezó a palpar cierto disgusto motivado por una posible precipitación.
En el mientras tanto, San Benito se sumó a las suspensiones y los Estudiantes llevó sus pasos desde el Rectorado a la capilla.
Descomunales truenos dispersaron las dudas a eso de las seis y cuarto y la tromba de agua que les siguió las hizo desaparecer por completo.
En ese momento y en circunstancias normales, las cofradías del Cerro y Los Javieres deberían estar al completo en la carrera oficial; San Esteban entrando en la Campana; los Estudiantes entre Tetuán, la Plaza Nueva y el Arenal; San Benito por el Muro de los Navarros y Santiago, y la Candelaria saliendo.
Cola en la Universidad para visitar los pasos de los Estudiantes.
La consecuencia inmediata fue que desde San Nicolás de Bari se informó de que la cofradía no saldría. Sólo quedaban las posibilidades del Dulce Nombre y Santa Cruz, aunque en realidad nadie era ya optimista, a esas alturas y con la que estaba cayendo...
Santa Cruz no esperó ni a que llegara la hora de su salida para anunciar la suspensión y el Dulce Nombre se demoró sólo unos minutos.
Mientras todo esto pasaba, el público de Sevilla arropaba con su presencia a las cofradías y se formaban largas colas para visitar los pasos en sus templos, donde se percibía entre los hermanos una mezcla entre alivio por haber pasado todo y sinsabor por el anhelo no cumplido, eso sí, leve porque en realidad prácticamente todos acudieron a su cita sabiendo que sería difícil culminarla.
Cuando cayó el último chaparrón, cerca de las diez de la noche, en el ánimo pesaban más los buenos augurios para el Miércoles que lo vivido en las horas previas.
Numeroso público ante el paso de la Candelaria.
Así discurrió este segundo Martes Santo consecutivo sin cofradías. Influidas o no por los sucesos del Lunes Santo, el caso es que éstas dieron una lección de cordura, especialmente las más tempranas por tomar la decisión cuando las calles de Sevilla aún estaban secas.
Evitaron la ocasión, evitaron el peligro y, además, el agua les confirmó una razón que ya tenían antes de que cayera.

martes, 3 de abril de 2012

Un Lunes Santo que rompe los límites de la capacidad de asombro

Uno de los tópicos más recurrentes lleva camino de dejar de serlo porque las cofradías están poniendo todo su empeño. Nos referimos al que dice que cada Semana Santa es distinta.
Ostensorio con la reliquia del Lignum Crucis. Flanquean al nazareno
los capataces de la cofradía: Luis León y Julián Huertas. Foto de
Estefanía González (Atese) cedida por El Correo de Andalucía
Echando la vista atrás, parecía difícil superar lo de los Javieres del año pasado y lo logró el Dulce Nombre apenas horas después. Repitió el Domingo de Ramos de este año la Hiniesta y este Lunes Santo…
La cosa empezó con la lógica cada vez más ilógica en este mundo. Tanto el Polígono de San Pablo como Santa Genoveva decidían no salir a la calle ante lo incierto del tiempo.
La Redención (14.50h) y San Gonzalo (15h) eran las siguientes. El primer dislate fue retrasar más de dos horas la decisión, el segundo, el sentido de la misma. Aparecieron los porcentajes, partes, frentes, embolsamientos, posibles claros y demás estupideces que tanto están perjudicando y decidieron salir pasadas las cinco de la tarde.
Dos horas después, un tremendo aguacero ¿sorprendió? al paso del Soberano Poder entrando en Sevilla y al palio a mitad de San Jacinto. El primero se refugió a todo correr en la Magdalena y el segundo, en la capilla de la Estrella.
Mientras, la hermandad de la calle Santiago tenía el misterio en el Duque y el palio en Javier Lasso de la Vega. Con la cofradía destrozada refugiaron los pasos en la Anunciación.
Las imágenes tuvieron el patetismo habitual de cuando llueve. Ya vale de paños calientes, de “nuestro Cristo y nuestra Virgen así lo han querido”. Estas cosas no dejan de pasar porque no deja de haber comportamientos insensatos en las juntas de gobierno. Los del Lunes Santo 2012, encabezados por Juan Hernández Sánchez en San Gonzalo y José Antonio Moncayo en el Beso de Judas.
Hernández Sánchez hizo lo mismo en el Vía Crucis del año pasado y le salió bien. Pero no todos los días son fiesta y ayer procuró a su cofradía un mal rato innecesario. Para rizar el rizo de la incongruencia, decidió posponer el regreso a otro día. La Redención sí volvió a su templo.
A la vez que pasaba todo esto, el resto de hermandades iba anunciando su renuncia a poner sus cofradías en la calle… Excepto Vera+Cruz.
Llueve mientras el palio de la Redención se refugia en la Anunciación.
Foto: Francisco Santiago Barba, Artesacro.org
En una decisión sin precedentes y que obliga a convertir en ilimitada la capacidad de asombro, la cofradía decidió salir a la calle a pesar del evidente riesgo de lluvia… ¡sin sus pasos! El protagonismo lo tendría la reliquia del Lignum Crucis, titular de la corporación.
Así, los nazarenos de la Vera+Cruz hicieron estación de penitencia con la seriedad acostumbrada, por calles mojadas, sin apenas público y con riesgo de lluvia. Afortunadamente, no se mojaron y completaron la estación de penitencia en menos de dos horas, pero el mismo y loable aprecio para con los titulares resguardándolos del agua se puede interpretar como desprecio hacia el cuerpo de nazarenos exponiéndolo.
Eso por no hablar del precedente que se puede crear o las conclusiones que se pueden extraer. La Estrella tiene también un Lignum Crucis, y el Valle una Santa Espina. La Santa Cruz es titular del Silencio… ¿Son necesarios los pasos para la estación de penitencia? ¿Y las imágenes? Actos como este ¿desvirtúan el sentido de la Semana Santa de Sevilla o lo reafirman? ¿A tanto llega la preocupación por la llamada culturización?
Sinceramente, ya no sabemos qué pensar. De lo único que estamos seguros es de nuestros deseos: Un día completo ya por favor, que nos estamos volviendo locos.

lunes, 2 de abril de 2012

Un maravilloso descubrimiento tardío

Aún abatido por lo sucedido en el Porvenir, el cronista de Sevilla Post, nazareno del Señor de la Victoria, fue literalmente echado a las calles con el encargo de hacer una crónica especial. Todos saben ya las no salidas y la barbaridad de la Hiniesta, pero ¿cómo es descubrir el Domingo de Ramos con treinta años de retraso?

La primera sensación en la calle era de tristeza. Domingo de Ramos es hablar de sol, luz y alegría y lo que se respiraba en la ciudad era todo lo contrario. Claro que si fuera como debía, ahora mismo no estaríais leyendo esto.
Además, particularmente reconozco cierto despiste…
Decir que la Estrella salía y dirigirme a Triana fue todo uno. Quería ver al Señor de las Penas con luz y –la cabra tira al monte– con la torre Pelli al fondo. Un puente atestado de gente lo recibió con cariño y pudo comprobar la finura de un misterio de otro tiempo con sus lirios morados. El palio… Mejor de noche.
El Señor de las Penas atraviesa el puente de Triana.
Al fondo, la torre Pelli,
El segundo objetivo era San Roque y, consecuencias del despiste de inexperto, una bulla me condenó a verlo en el Duque. El palio… Mejor de noche.
Con tiempo de sobra, en Conde Torrejón pude disfrutar del cadencioso andar de la Cruz de Guía de San Juan de la Palma. Algo me hizo estremecerme cuando vi a lo lejos las túnicas, blancas también pero tan distintas… No sé, un punto de Amargura… ¡Claro! Eso debe ser.
Justo cuando trataba de ordenar mis recuerdos sobre el Santo Entierro Grande de 2004 apareció el Silencio Blanco. Me pareció más humilde que entonces y, tal vez por eso, más poderoso, tanto que hizo desaparecer el palacio, los naranjos y a la mucha gente que allí había.
La luz estaba yéndose y la anochecida era de primavera sevillana de libro: Ni fresca ni lo contrario, sosegada tras la confusión de las horas previas, con el aire limpio y perfumado. ¿Se podía estar más a gusto?
El palio apareció en el cuadro casi de puntillas. Con Soleá dame la mano, la Virgen repartió dulzura entre los que allí estábamos para, discretamente hermosa, seguir a su Hijo.
Pregunta contestada.
Con la preocupante idea de estar pasando un buen Domingo de Ramos y la noche ya cerrada, era la hora los palios. El de Gracia y Esperanza salía de la Catedral y me regaló otro momento maravilloso cuando entró en la cuesta del Bacalao con A Ti Manué.
La inexperiencia volvió a jugarme una mala pasada, ya que me encontré con que la única que me quedaba, el Amor, estaba, inacanzable, por Orfila y Cuna: “¿Qué hago? Uff. No tendré más días como éste…”
Nazarenos de la Paz abandonan el Porvenir tras
suspenderse la estación de penitencia.
Recordé que un amigo, habitual en las mañanas del Porvenir, escolta con bocina a la Cruz de Guía de la Estrella y me dispuse a ejercer de amigo del nazareno: ofrecimiento de agua, algo de charla para distraerle… Otro buen rato, que se completó con dos nuevos descubrimientos: hay más cofradías que atraviesan el Postigo el Domingo de Ramos y la Plaza del Triunfo es más Patrimonio de la Humanidad cuando pasa por allí la Estrella.
Sólo me quedaba el Amor, cuyo palio entraba en esos momentos en la carrera oficial. Las bullas en los alrededores de la cuesta del Bacalao podían ser tremendas (dúo de Placentines), así que opté –aquí sí vale la experiencia– por tirar por Alcazaba, Ángeles, Abades, y el final de Argote de Molina hasta llegar a la Cuesta del Rosario. Viendo la que había allí liada, otro nuevo rodeo me dejó en el Salvador, pero por la Plaza del Pan y Córdoba (la calle ;-) ). La Cruz de Guía de la Amargura no tardó en aparecer en Villegas procedente de Francos y enfiló Cuna con celeridad.
Era buen momento para tomar posiciones en Chapineros y esperar al Amor, pero lo vivido horas antes… Tremendo dilema. Volví a ver la cofradía de San Juan de la Palma antes de dirigirme a Álvarez Quintero y ser engullido por un cortejo, casi silente, de pequeñines a los que sólo la ilusión les impedía echarse en brazos de sus padres, cuya particular estación de penitencia es más patente cuando todos los nazarenos son niños y es noche más que cerrada.
Penúltimo hallazgo: el Amor se hace verdaderamente poderoso en la calle, más cuando puedes verlo y sentirlo cerca, pegado a sus respiraderos, levantando la vista hacia su grandeza y descubriendo que fue concebido para ser derramado así entre nosotros.
Último: ¡Qué delicia para los sentidos la finura del palio del Socorro y el buen gusto que rezuma el repertorio musical que la acompaña!
Ya de vuelta a casa: “No, al final, como todos los Domingos de Ramos, con dolor de pies. Me ha gustado tela este día. Verlo con todas las cofradías tiene que ser maravilloso. Pues nada. El año que viene contribuiré, si Dios quiere, a que sea así volviendo a ponerme mi túnica blanca en mi cofradía de la Paz”.
Amén.