domingo, 27 de marzo de 2011

Acto de afirmación monteseirinista

La inauguración de las Setas de la Encarnación en la tarde del domingo 27 de marzo se convirtió en un acto de afirmación del alcalde Sánchez Monteseirín cuando ya está próximo a dejar el cargo.
Rodeado de multitud de seguidores, dio un discurso en el que, de forma muy fina y taimada, llamó rancios a los que se han opuesto al proyecto, los acusó de “ensimismamiento y complacencia” y de convertir Sevilla en “un producto congelado en el tiempo” o en “una postal coloreada que se guarda en una caja de membrillo”.
Su intervención fue obsequiada con una sonora y prolongada ovación por parte del público que abarrotaba el espacio habilitado para el acto en el sótano, público en su inmensa mayoría partidario o partidista y que recordaba a tiempos del Prado de San Sebastián.
Tantos seguidores concentró Monteseirín que incluso hubo problemas para ubicar a los invitados, algunos de los cuales –como miembros del Consejo de Cofradías– fueron levantados de sus sitios para sentar a otros. A quien no se vio el pelo fue a Juan Espadas, candidato socialista al 22-M, y de su equipo sólo estuvieron los que son concejales, que van en su lista en lugares secundarios.
Magnífica fotografía desde la cima de las setas en la que se
aprecia el público que se acercó a la Encarnación.
Cortesía de ARTESACRO.ORG

Público

Además de los partidarios que acudieron a la llamada, muchos sevillanos se acercaron también hasta la Encarnación.
Gusten más o gusten menos, las Setas han sido un referente de la curiosidad en los últimos tiempos en Sevilla –más teniendo en cuenta toda la polémica que las ha rodeado– y que, en el momento de su apertura, la curiosidad se tronca en novelería.
De esta forma, después del acto oficial se formaban considerables colas para acceder al Antiquarium (espectacular presentación de los restos arqueológicos encontrados en el subsuelo de la Encarnación) y la plaza pública en el primer piso (bautizada como Plaza Mayor) se abarrotaba de gente para el concierto del coro universitario.
Como se expresa más arriba, opiniones para todos los gustos, con ligera mayoría para los que estaban de acuerdo con la obra y acuerdo en los que disentían en el sentido de que aquello era de todo menos una plaza: “esto está muy encajonao ¿no?...”
Preferencias estéticas aparte, sí es cierto que la primera misión parcial de las Setas está cumplida. Esta zona del casco antiguo, habitualmente aburrida una tarde domingo cualquiera, estaba ayer ambientadísima. A ver si no es flor (o seta) de un día.


Monteseirín comparó las Setas con la Catedral
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