martes, 3 de abril de 2012

Un Lunes Santo que rompe los límites de la capacidad de asombro

Uno de los tópicos más recurrentes lleva camino de dejar de serlo porque las cofradías están poniendo todo su empeño. Nos referimos al que dice que cada Semana Santa es distinta.
Ostensorio con la reliquia del Lignum Crucis. Flanquean al nazareno
los capataces de la cofradía: Luis León y Julián Huertas. Foto de
Estefanía González (Atese) cedida por El Correo de Andalucía
Echando la vista atrás, parecía difícil superar lo de los Javieres del año pasado y lo logró el Dulce Nombre apenas horas después. Repitió el Domingo de Ramos de este año la Hiniesta y este Lunes Santo…
La cosa empezó con la lógica cada vez más ilógica en este mundo. Tanto el Polígono de San Pablo como Santa Genoveva decidían no salir a la calle ante lo incierto del tiempo.
La Redención (14.50h) y San Gonzalo (15h) eran las siguientes. El primer dislate fue retrasar más de dos horas la decisión, el segundo, el sentido de la misma. Aparecieron los porcentajes, partes, frentes, embolsamientos, posibles claros y demás estupideces que tanto están perjudicando y decidieron salir pasadas las cinco de la tarde.
Dos horas después, un tremendo aguacero ¿sorprendió? al paso del Soberano Poder entrando en Sevilla y al palio a mitad de San Jacinto. El primero se refugió a todo correr en la Magdalena y el segundo, en la capilla de la Estrella.
Mientras, la hermandad de la calle Santiago tenía el misterio en el Duque y el palio en Javier Lasso de la Vega. Con la cofradía destrozada refugiaron los pasos en la Anunciación.
Las imágenes tuvieron el patetismo habitual de cuando llueve. Ya vale de paños calientes, de “nuestro Cristo y nuestra Virgen así lo han querido”. Estas cosas no dejan de pasar porque no deja de haber comportamientos insensatos en las juntas de gobierno. Los del Lunes Santo 2012, encabezados por Juan Hernández Sánchez en San Gonzalo y José Antonio Moncayo en el Beso de Judas.
Hernández Sánchez hizo lo mismo en el Vía Crucis del año pasado y le salió bien. Pero no todos los días son fiesta y ayer procuró a su cofradía un mal rato innecesario. Para rizar el rizo de la incongruencia, decidió posponer el regreso a otro día. La Redención sí volvió a su templo.
A la vez que pasaba todo esto, el resto de hermandades iba anunciando su renuncia a poner sus cofradías en la calle… Excepto Vera+Cruz.
Llueve mientras el palio de la Redención se refugia en la Anunciación.
Foto: Francisco Santiago Barba, Artesacro.org
En una decisión sin precedentes y que obliga a convertir en ilimitada la capacidad de asombro, la cofradía decidió salir a la calle a pesar del evidente riesgo de lluvia… ¡sin sus pasos! El protagonismo lo tendría la reliquia del Lignum Crucis, titular de la corporación.
Así, los nazarenos de la Vera+Cruz hicieron estación de penitencia con la seriedad acostumbrada, por calles mojadas, sin apenas público y con riesgo de lluvia. Afortunadamente, no se mojaron y completaron la estación de penitencia en menos de dos horas, pero el mismo y loable aprecio para con los titulares resguardándolos del agua se puede interpretar como desprecio hacia el cuerpo de nazarenos exponiéndolo.
Eso por no hablar del precedente que se puede crear o las conclusiones que se pueden extraer. La Estrella tiene también un Lignum Crucis, y el Valle una Santa Espina. La Santa Cruz es titular del Silencio… ¿Son necesarios los pasos para la estación de penitencia? ¿Y las imágenes? Actos como este ¿desvirtúan el sentido de la Semana Santa de Sevilla o lo reafirman? ¿A tanto llega la preocupación por la llamada culturización?
Sinceramente, ya no sabemos qué pensar. De lo único que estamos seguros es de nuestros deseos: Un día completo ya por favor, que nos estamos volviendo locos.

4 comentarios:

  1. Toda una sarta de caricatadas.Las juntas de gobierno se están llenando de caricatos que tienen su minuto de gloria cuando el día que sale su cofradía, le acercan un micro o una cámara.Y lo de la Vera-Cruz de ayer, es pa estudiarlo.De modo que exponen a un cuerpo de nazarenos a dar un paseíto porque la tarde está muy mala, con un relicario.Y corriendo tanto que ni la gente que lo ve se acerca a besarlo.Y ya lo de los dos capataces de escolta de el "relicarista", es pa estudiarlo...Lo dicho, "caricatás"...

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