viernes, 6 de abril de 2012

Cuando menos te lo esperas

La aciaga tarde de Jueves Santo vivida este año hizo cundir el desánimo entre los sevillanos que gustan de la Semana Santa. Chaparrones hasta bien después de anochecer presagiaban una Madrugá sin cofradías y una cruz más en esta desagradable Semana Santa…

Jueves Santo
Nazarenos de Pasión camino del Salvador desde Los Remedios.
Todo sucedió con rapidez. Conforme iba llegando el momento de la salida de las distintas cofradías se iban anunciando primero prórrogas –más por ser un trámite casi habitual que por fe– esperando el parte de las 16.00 horas y suspensiones después.
Así, tanto las Cigarreras como los Negritos y la Exaltación esperaron la hora de retraso de rigor y entre las cuatro y las cinco menos veinte nos habíamos quedado sin las tres primeras.
Cuando los ojos se volvieron a Montesión caía sobre el centro el primer gran chaparrón, que no fue el único.
Desde la calle Feria llegó la misma mala noticia también con prórroga incluida, algo que no pasó en las tres últimas (Quinta Angustia, Valle y Pasión) que comunicaron la suspensión de su estación de penitencia incluso antes de que llegara la hora de iniciarla.
La consecuencia, tarde de visitas a los templos con larguísimas colas de paraguas y desmostración del cariño de los sevillanos para con sus cofradías.

Madrugá
Así las cosas, ni el más optimista de los capillitas esperaba lo que sucedió horas después. Hasta en las redes se palpaba esa desesperanza en forma de tuits tipo “En casita con el pijama”.
Pero al filo de la medianoche estalló todo: La Macarena ponía su Cruz de Guía en la calle. Rápida y lógicamente, los ojos se volvieron hacia el Silencio y el Gran Poder. En las últimas horas del Jueves Santo y viendo las previsiones sensiblemente mejoradas aunque sin dejar de lado el riesgo de lluvia, los comentarios eran que quizás las cofradías de capa se arriesgarían, pero las de cola…
Y resulta que tanto en San Lorenzo como en San Antonio Abad todo discurría con normalidad, como en una Madrugá habitual. A lo mejor es que iba a serlo...
Cruz de Guía del Gran Poder en Castelar
Los últimos partes invitaban a la precaución, pero a partir de las nueve de la mañana. Así, las cofradías de capa informaban de que en cualquier caso acortarían el camino de regreso, con lo que, en principio, se preveía una jornada de adelantos horarios.
En la Campana se registró un retraso de unos veinte minutos pero las cofradías entraron antes en sus templos. Entre diez y veinte minutos de adelanto tuvieron las de negro. La Macarena entró a su hora (13.30) pero la Cruz de Guía lo hizo mucho antes de las 10 de la mañana, mientras que la Esperanza de Triana acortó en una hora su recorrido y los Gitanos unos quince minutos.
En la calle el ambiente fue gélido, desapacible. El frío (4 grados a primera hora de la mañana) retrajo a muchas personas que prefirieron quedarse en casa viendo la tele. Las calles húmedas y el miedo a la lluvia no contribuían a mejorarlo.
Aunque eso provocó situaciones maravillosas, como poder andar junto al paso de Gran Poder por la calle Castelar y sentir una y otra vez la mirada perdida por sufrida del Señor como si se estuviera en la intimidad de su basílica.
También hubo ocasión para valorar en su justa medida, esto es, en la calle, el extraordinario trabajo realizado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico en la restauración del paso, recuperados brillos y esplendor originales.
Otra situación especial por inusual: ver el Silencio nazareno a nazareno en la mismísima calle Francos.
La Macarena en la calle Feria.
Foto: Francisco Santiago (Artesacro.org)
¿El Calvario? Repitamos la calle Castelar para ver cómo el Crucificado de Ocampo se lleva la noche para que la Virgen de la Presentación pase con el cielo ya de color añil.
Las cofradías de las Esperanzas fueron siempre acompañadas de su habitual algarabía y ni siquiera el recorte en sus recorridos de vuelta dejando el itinerario por los corazones de sus respectivos barrios (la Macarena tiró por Feria y Resolana; la Esperanza, por Altozano y Pureza) les privó de ese especial público matinal. Fue como un decir “si Ellas no vienen este año nuestras calles, nosotros iremos a buscarlas”.
Por su parte, los Gitanos no pasó por San Román, tal y como estaba previsto este año.
Todas las cofradías salieron y, cuando menos lo esperábamos, tuvimos Madrugá. Intranquila y algo áspera, pero para estar contentos si miramos hacia atrás… y hacia delante.

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