Tenemos
que reconocerlo. Nos ha costado mucho trabajo escribir este balance de la
Semana Santa de Sevilla 2012. Tanto que fijaos cuándo llega. Y es que la redacción de Sevilla Post casi
se quedó en el Sábado Santo…
El misterio de San Gonzalo, en la Magdalena con el Calvario al fondo. |
¿Por
qué no pudo ser todo así? ¿Por qué no pudimos ver los pasos resplandecer como
lo hacía el de la Soledad en su salida desde San Lorenzo? ¿O el de la urna por
la Campana? ¿Por qué no pudimos disfrutar todos los días con bullicios del
estilo del que llevaba consigo la Trinidad cuando entraba en el centro? ¿O con
la solemnidad de serias cofradías como los Servitas por su collación? El sábado
salió el Sol –sigue en su labor de afianzarse– y fue un gran día de cofradías.
No el único, pero sí el mejor, el que sintetizó cómo queremos que sean todos.
Pero…
Resulta
que diez días después de finalizar la Semana Santa de 2012, en los ambientes
capillitas aún se habla de los extraños acontecimientos de este año.
Ocurriendo
lo que ha ocurrido con la climatología, lo normal sería que todo se centrase en
la lluvia y los habituales comentarios de “mala suerte”, “todo el año sin
llover y…”, “nosotros tuvimos fortuna…”. Ahí acabaría todo.
Pero
no. Entre la Hiniesta, San Gonzalo, La Redención, los Panaderos y, sobre todo,
la Vera+Cruz se encargaron de quitar el protagonismo al agua para ostentarlo
ellas al completo por motivos más que conocidos.
La
unanimidad en la calificación de los comportamientos de las cuatro primeras ha
sido total y en el caso de la Vera+Cruz, la leve corriente de apoyo de las
primeras horas se diluyó conforme pasaba el tiempo y ahora mismo, con tiempo de
reflexión, más son los detractores que los partidarios de la decisión que tomó
la junta de gobierno de Francisco Berjano.
El
hermano mayor, en actitud loable, no ha tenido inconveniente en explicar los
motivos que le llevaron a tomar la decisión de salir sin los pasos y con la
reliquia del Lignum Crucis, pero aun dando por válidos sus argumentos, lo
cierto y real es que no convencen completamente y que motivos en contra tampoco
faltan.
Insiste
en que lo que realmente le interesa es que tiene el apoyo de los hermanos de su
cofradía, pero si les preguntáramos uno por uno y en privado…
En
cuanto a las tres que se mojaron, ya ha quedado dicho todo en este sitio
web. No podemos contenernos en insistir en la torpeza. Si han dicho que llueve
¿Por qué se sale a la calle?
Tal vez
sea hora de plantearse, entre otras cosas, una reflexión sobre el uso
que las juntas de gobierno hacen de los avances tecnológicos, esos que son
capaces de decirte que corres riesgo de mojarte. Si los interpretas llevado por
el deseo ¿de qué sirve? Ya lo dijimos el año pasado: los partes y las
predicciones deben ser útiles cuando no llueve en el momento de salir. Si está
cayendo agua en San Julián ¿para qué quieres consultarlos? ¿No está claro ya?
Mención
aparte merece el comportamiento del hermano mayor de los Panaderos, Emilio
Santiago.
Iba de
fiscal del palio (cada uno en su casa…) y, en declaraciones a C. Sur en la
puerta de la capilla, dio a entender que había retrasado su marcha
intencionadamente para que el público pudiera disfrutarlo más tiempo, dando así
por bueno que fuera alejado de sus nazarenos desde Chapineros hasta el final.
Para
colmo, cuando el palio estaba enfilando Cuna con más una hora de retraso, abandonó
la cofradía para vestirse de chaqueta y corbata y esperarla con la vara de
hermano mayor, como si fuera la representación de la hermandad en el paso de
una cofradía ajena.
Impresentable.
En otro
orden de cosas, recordar que salieron a la calle la mitad de las cofradías de
la Semana Santa (concretamente 31, contando con las 3 del Lunes Santo) y la otra mitad (29) ni lo
intentaron. Llamó la atención lo ocurrido en la Madrugada del Viernes Santo,
día completo entre un Jueves sin cofradías y una tarde de Viernes sin las dos
que salen más temprano. Fue una jornada acelerada ante el riesgo de lluvia por
la mañana, aunque cuando éste se disipó dio lugar a casos también censurables
como que la Macarena tardara más de tres horas en verificar la entrada de la
cofradía al completo.
Lo
dicho, otra Semana Santa marcada por la lluvia… y, sobre todo, por la inmadura
forma de desenvolverse de las cofradías cuando ésta se presenta.
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