Pues sólo seis meses después de la última, otra vez estamos en campaña electoral. Puede que sean los comicios en los que más nos jugamos todos teniendo en cuenta cómo está el patio pero sin duda son los más desapasionados de los tres de este ciclo.
Aquí, en Sevilla, los nombres de siempre: PSOE, PP y alguna cosilla residual más, de manera que los 12 escaños de nuestra provincia tienen toda la pinta de repartirse entre ellos. De todas formas hay matices.
En las últimas elecciones el reparto fue 8 a 4 a favor de los socialistas y a buen seguro que estos firmaban ahora mismo repetir.
El PP daría por bueno ganar un escaño para aportarlo al botín nacional –que se prevé amplio–, aunque digan que pueden vencer.
Pero lo realmente relevante es el ánimo con que unos y otros afrontan estos comicios.
El Partido Popular se ve tan absolutamente ganador el #20N que se toma la campaña en Andalucía como otro paso, unas primarias antes de ganar, por primera vez unas autonómicas andaluzas, algo tan posible como complicado. San Telmo es el objetivo real de lo que se cocerá en Andalucía yen Sevilla en estos días.
Ese afán coincide con el mimo que un candidato popular va a tener por primera vez con Andalucía, sabedor de que nuestra comunidad sí que puede ahora sumar para su triunfo. Rajoy se va a cuidar de no emular a su antiguo jefe Aznar, que pasaba de Andalucía y además se jactaba de ello.
El PSOE, por mucho que se esfuerce en tratar de demostrar lo contrario, vive sumido en el desaliento, tratando de evitar la goleada y esperando a que pase todo para que se desate una nueva guerra interna, en estos momentos sólo latente precisamente por las elecciones.
Sevilla no es ajena a esta crisis, antes al contrario. Las municipales no se han alejado y las heridas abiertas con la confección de las listas y los resultados no han cicatrizado. De esta forma, la estructura del partido está resquebrajada y con las escopetas de las otras provincias apuntando hacia Sevilla con las autonómicas a la vuelta de la esquina.
Muchos militantes de nuevas guardias esperan a que se confirmen los malos resultados en generales y –miran a San Telmo pero con otros ojos– autonómicas para dar el salto y colocarse bien, más teniendo en cuenta que la posible revolución post zapaterista/rubalcabista revolverá el río lo suficiente.
Sólo hay algo que hace concebir ciertas esperanzas al PSOE sevillano: que los que prestaron su voto a Zoido en las municipales se hayan arrepentido de haber contribuido a semejante goleada y ahora se lo piensen más. De todas formas, si la alternativa es la abstención, el panorama no cambia mucho.
En la capital, Zoido ha puesto el Ayuntamiento a disposición de su partido y esto se ha manifestado en dos sentidos. Por una parte, ejerciendo acción política a su dictado y por otra estando quieto para no meter la pata. Este estado durará hasta las autonómicas, el gran objetivo del PP, ése por el que llevan trabajando cuatro años y que se encuentra ahora, en plena campaña ajena, en su recta final.
No hay comentarios:
Publicar un comentario