sábado, 19 de noviembre de 2011

Rajoy ganará... ¿Perderá Guerra?


Finaliza la campaña electoral más descafeinada que uno recuerda, más incluso que la de 2000, cuando Almunia anticipó que en el PSOE se podían dar casos como este que ha repetido Rubalcaba, aunque sin sainete de primarias rectificadas. Esta vez el sainete fue de no celebradas.
Lo normal es que recién llegado el lunes Mariano Rajoy sea el presidente electo y la incógnita es saber cuánta diferencia le va a sacar el PP al PSOE. Se puede dar por segura incluso la mayoría absoluta, aunque aquí preferimos ser cautos.
El candidato del PP se ha dedicado a no desvelar abiertamente esas medidas a las que ha aludido como necesarias o “que Dios manda” por miedo a perder votos y el del PSOE a ejercer como líder de la oposición intentando que las cuente o contándolas él mismo a rebufo de lo que decían otros dirigentespopulares en algo que ha parecido una estrategia medida y meditada. Resultado: en la campaña tanto uno como otro han hablado del futuro gobierno del PP.
Especialmente patético fue ver a Rubalcaba el jueves en Cataluña, agarrándose de nuevo al discurso del miedo a la derecha, tan obsoleto como difícil de olvidar para un partido que ha cimentado en él su acción política desde tiempo inmemorial.
Dicho todo esto nos centramos en lo realmente interesante: Andalucía.
Apuntábamos al inicio de la campaña que ésta miraba de reojo a San Telmo y así ha sido, ya que los inminentes comicios andaluces no han dejado de estar presentes.
Cobra un interés cercano al morbo lo que ocurra con los doce diputados de Sevilla, provincia donde el PSOE jamás ha perdido y en la que hemos podido ver sorpresivamente al histórico (demasiado) Alfonso Guerra volviendo a echarse a la calle e incluso tirando de su habitual –y ajada­– mordacidad, ejemplos palpables de lo poco claro que el partido y él mismo lo ven.
Es muy difícil que el PSOE pierda en Sevilla, aunque sí es posible que de los 8 diputados que sacó en 2008 pierda dos en favor de IU y PP para dejarlos con 1 y 5 respectivamente.
Y refiriéndonos a toda la comunidad, los resultados del domingo son fácilmente extrapolables como referencia para las autonómicas y para saber cuánto le falta al PP para ganar por primera vez o cuánto para lograr la mayoría absoluta que necesita para gobernar.
Y si resulta que esa extrapolación barre al PSOE, ¿en qué situación quedaría Griñán? ¿Debería tardar mucho en convocar las autonómicas? La realidad sería un presidente de un gobierno andaluz deslegitimado por las urnas andaluzas, que salvó los muebles momentáneamente por la no coincidencia electoral y en una incómoda situación de interinidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario