sábado, 21 de mayo de 2011

Lo que los indecisos del PSOE decidan

Los mensajes finales de los candidatos confirman que una alta abstención daría la puntilla al partido socialista

Último debate de la campaña. En el plató de Giralda TV. Los candidatos apuran el tiempo para lanzar sus mensajes. No nuevos mensajes, sus mensajes.
Juan Espadas, candidato del PSOE, insiste en pedir la participación de los sevillanos y, a lo largo de la hora larga de televisión, nombra constantemente barrios del este de la ciudad.
Juan Ignacio Zoido, del PP, no pide abiertamente que el personal vaya a votar, pero sí desliza que lo “paran por la calle” para decirle que le votarán “aunque no sean de mi ideología”…
Si a esto unimos que Espadas se ha esforzado sobremanera durante la campaña oficial en patearse barrios tradicionalmente socialistas pero donde se ha detectado desencanto (esos del Este y también los de la Macarena) y que Zoido ha intentado por todos los medios no motivar a estos mismos, la conclusión es clara: el resultado electoral está en manos de que lo que hagan los votantes indecisos del PSOE.
En esta tesitura el más beneficiado es Zoido, ya que, teniendo asegurado a los suyos (cifran la fidelidad de su gente en un 80%), le valen tanto el voto a favor como la abstención.
Y llegados a este punto podemos elucubrar con datos.
En 2003 la participación fue del 58’51% (con 2’47 de abstención y 0’44 nulo). En esas elecciones el PP de Raynaud sacó 12 concejales y el PSOE ganó con 14.
En 2007, 54’59% (1'98 en blanco y 0'39 nulo), esto es, cuatro puntos menos. Los dos partidos sacaron 15 concejales, aunque el PP, beneficiándose de la debacle del PA, aventajó en 4.000 votos al PSOE.
En la sede socialista están seguros de que con una participación del 60% serían ganadores seguros, mientras que si se acerca al 50% tendrían todas las de perder. Justo lo mismo piensan los populares.
Asuntos como la nefasta gestión de la crisis hecha por Zapatero y la imagen de pánfilo asociada, las luchas internas del PSOE nacional o los EREs fraudulentos tiran para abajo del PSOE, hasta el punto de superar el dicho de que en las municipales vale más el candidato que el partido, algo que, por otra parte, pierde vigencia en los grandes núcleos urbanos donde la proximidad con el vecino es menor. Resultado: el votante socialista se queda en casa.
Curiosamente, poco ha aireado Zoido estos temas en la campaña, lo justito. Ni siquiera el de Mercasevilla, que afecta a los dos adversarios. Y es que los equilibrios hechos por el candidato del PP son dignos de estudio para los asesores políticos. Aparte de que ha dado la impresión de llegar pasado de forma, casi hastiado, le ha sobrado la campaña porque tenía la atención más que llamada y abundar en eso, paradójicamente, no era bueno. Le podía ver algún indeciso y acabar por decidirlo… en su contra.
Dos cosas para acabar.
Con tanta inquietud o más que Juan Espadas ve las cosas Torrijos. Si al PSOE le va mal, a él peor. Porque sin gobierno ¿qué haría?
No sabemos si es por el proverbial optimismo andalucista, pero en el PA afrontan la cita con esperanza aunque no exenta de tensión. Las encuestas los sitúan al borde del 5% mínimo. El 4’9% los mantendría fuera y, muy probablemente, los condenaría a la desaparición o a ser un partido aún más residual.

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