domingo, 1 de mayo de 2011

En la Historia del TOREO


José María Manzanares escribe en Sevilla una página de la Historia indultando un toro y cortándole las orejas a otro



La Maestranza ha vivido esta del 30 de abril de 2011 una de las tardes más redondas de las últimas décadas. Manzanares ha sido el gran protagonista de un hecho histórico al indultar a un toro de Núñez del Cuvillo, un acontecimiento inédito que ha sido vivido con intensidad desde los sabios tendidos de la plaza, con un público completamente entregado a la calidad y la templanza del torero alicantino. La de hoy ha sido de esas tardes que permanecen en el recuerdo por mucho tiempo.
Manzanares dejó bonitos lances en el recibo al tercero. La faena de muleta comenzó con tres derechazos y el de pecho de enorme calidad y temple. La siguiente fue mejor, rematada de forma soberbia con un cambio de mano excelente y un pase de pecho enorme. La tercera fue cumbre y al natural toreó con una cadencia excelente. La faena creció y creció y poco a poco se creó ese ambiente especial que rodea a los indultos.
El público comenzó a apreciar que estaba asistiendo a un acontecimiento extraordinario, la perfecta conjunción entre un toro bravo y un torero en plena inspiración. Y pidió el indulto mientras Manzanares seguía bordando el toreo. El presidente sacó el pañuelo naranja, perdón de la vida para el toro, el excelente ejemplar Arrojado, numero 217 de 500 kilos de Núñez del Cuvillo.
Desde el 12 de octubre de 1965 no se producía un indulto en la Maestranza, desde que se le perdonara la vida a Laborioso, un novillo del Marqués de Albaserrada.
Manzanares fue ovacionado antes de que saliera el sexto. Con el capote no se pudo lucir y brindó la faena al público. Comenzó con un tono muy alto en las dos primeras series diestras, ligando y gustándose. Otra vez hizo crecer la faena a base de templanza y clase, dejando la muleta en la cara ligó series excelentes por ambos pitones, salpicándolas con remates de un gusto exquisito como cambios de manos interminables y pases de pecho enroscados.
Otra gran faena que esta vez fue culminada con una estocada y que valió dos orejas unánimemente pedidas por el público.




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