miércoles, 16 de febrero de 2011

Dos ya sabían donde están, uno aún no

Zoido y Torrijos demuestran que, en estas lides municipales, la veteranía es un grado

Incluso obviando la típica pregunta sobre el ganador y pasando por alto la rigidez del formato se puede sacar una conclusión clara del debate de Giralda TV entre tres candidatos a la Alcaldía de Sevilla. Dos de ellos supieron perfectamente cuál era su sitio y otro, aun con momentos de lucidez, estuvo perdido.
Y es que tanto Torrijos (IU) como Zoido (PP) llevan años ejerciendo el papel que les tocó representar ayer.
El candidato de Izquierda Unida, teniente de alcalde, con la única aspiración de repetir y un mensaje pensado para un público que es el mismo desde hace…
El del PP, igual. Varios años ejerciendo de oposición y de candidato y, más recientemente, con el viento a favor por mor de las encuestas.
Por otra parte, Juan Espadas (PSOE). Candidato desde hace sólo unos meses, soportando lastres ajenos, obligado a defender una postura de pasado con la que en realidad querría romper y sin saber si actuar como gobierno para rentabilizar lo hecho o hacerlo de simple candidato.



Zoido

El resultado fue que Zoido (PP) marcó el ritmo del debate a pesar de no tener el primer turno, apoyado en un concienzudo trabajo previo, en la soltura con la que saca partido a cuatro años en la calle y sabiendo perfectamente cómo afrontar el envite.
Sacó los EREs a las primeras de cambio y Mercasevilla –intentando comprometer a PSOE e IU para crear una comisión de investigación– a las segundas, pero las dos veces midió mal y lo hizo casi fuera de tiempo. Insistió a lo largo del evento en eso y en exigir a sus adversarios que respondieran a si dejarían gobernar a la lista más votada: “Yo gané las últimas elecciones”.
Dos propuestas con planos incluidos, la red de metro subterráneo completa y un distrito judicial en el Prado adobaron una participación en la que en cuanto a formas, estuvo seguro, confiado, sin apenas dudas... con la lección bien aprendida.

Torrijos

Torrijos (IU) hizo casi lo que se esperaba (casi porque quien escribe pensaba que provocaría más), se dirigió a su público objetivo usando las frases que éste quiere escuchar: “la derecha catastrofista”, “Zoido es un trompetero del Apocalipsis”, “Zoido tiene unas gafas oscuras que le hacen verlo todo negro”…
Glosó lo hecho en sus años de gobierno municipal, pasó por completo de entrar en ninguna dinámica que no fuera la que se marcó a sí mismo y llevaba bien aprendida y no echó cuenta a nadie que no fuer el moderador. Monólogo y ninguna propuesta reseñable.

Espadas

Juan Espadas (PSOE) comenzó bien, apelando a la humildad para reconocer errores y contundente: “Yo soy el futuro de esta ciudad”.
Desde entonces fue enredándose en la maraña que tejían Zoido y él mismo. Blandió en varias ocasiones fotos y cuadros estadísticos alusivos a obras hechas durante el mandato Monteseirín, pero demostrando que no ha vivido ni la génesis ni el desarrollo de las mismas.
La mayoría del tiempo pareció estar incómodo, incluso se ruborizó, y el colmo fue cuando cayó en la trampa del candidato del PP y, después de ignorarlo todo el debate, primero anunció y luego dio explicaciones acerca de la pregunta sobre la lista más votada. Buena respuesta –“Arenas dijo que incluso pactaría con IU” – mal dicha, sin tiempo y queriendo prolongar el turno entre aspavientos mientras el moderador le reprendía.
Una única propuesta destacable, también la red de metro, el ofrecimiento a dialogar sobre el distrito judicial y un incomprensible ofrecimiento como líder de la oposición salvado finalmente con soltura al recriminar a Zoido que haya anunciado su adiós si no es alcalde pusieron fin a la participación de Espadas.


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