sábado, 31 de diciembre de 2011

Otros regalos (II): El Soho que no tenía Sevilla está en la Alfalfa


Al principio de la calle Pérez Galdós, entre la Alfalfa y la Encarnación, existen unas tiendas en la que se compra ropa, complementos, cuadros, material de pintura… ¿Que qué tiene eso de especial? Tal vez haya que darse una vuelta por allí para comprobarlo.

Fachadas de Le Voila y La Importadora
Si bajamos por Pérez Galdós camino de la Encarnación nos sorprenderá la ornamentación navideña común que tienen los comercios cercanos a Ortiz de Zúñiga. Las flores de pascua amarillas y el perfil de las tiendas, similar entre ellas y alejadas de lo convencional en calles más céntricas, indican que hemos llegado a un centro comercial abierto y especial.
Sin ningún plan previo han ido instalándose en la zona jóvenes comerciantes de nuevo cuño que, por ejemplo, disfrutan con que haya poco tráfico en la calle, ansían una peatonalización de la misma y dicen notar poco la crisis. ¿Son o no son distintos?
En el polo opuesto a las grandes franquicias que asolan el centro de Sevilla, ofrecen productos artesanos, en muchos casos fabricados o diseñados por ellos mismos, marcas de ropa difíciles de encontrar, si no exclusivas, y un ambiente cálido y cercano en todos sus establecimientos.
Estamos hablando del Soho Benita, una iniciativa –aún incipiente (no dejéis de leer el enlace)– que es posible que esté sentando un precedente reinventando el comercio sevillano tradicional.
Aunque el Soho Benita lo forman más comercios, nos hemos dado un paseo por la referida calle Benito Pérez Galdós.
Lo regentan Seleka y Laura. Llegaron a la calle en febrero, aunque ya tenían experiencia ejerciendo la misma actividad en Doña María Coronel y el Pasaje Mallol (tiendas Beatiful Loger, el Tono y Socyone). En una casa de José Espiau, se presentan como tienda/galería y ofrecen una reducida y seleccionada oferta de prendas de las marcas Obey y Lazy Oaf.
Además venden pinceles, rotuladores, libros de arte, pinturas y todo lo que un artista pueda necesitar, porque por ahí desarrolla más actividad este establecimiento: Es una galería de arte. Siendo este su sector, Delimbo también presta servicios de comisaría de exposiciones.
Precios: desde los 6€ de algunos materiales de pintura hasta los más de mil que puede costar un cuadro.
Penélope es el álma máter de esta pequeña y encantadora tienda de complementos que fabrica ella misma. Desde hace más de dos años tenía el taller en el local que ocupa en el nº4 –parte de una antigua casa en el que destaca el fresco con ángeles de Rico Cejudo que adorna todo el techo– pero en noviembre decidió transformarlo en tienda y vender sus creaciones.
Collares, colgantes, peinecillas, pendientes y gemelos de varios precios; bolsos con cierre de boquilla (30€, lo más caro de la tienda y acepta encargos para hacerlos personalizados)… No tiene colección, sino que va produciendo y adaptándose a la demanda.
Recientemente ha incorporado relojes de cadena (24€) cuya esfera adorna.
Anillos, pendientes y broches con dibujos propios, gorros de ganchillo, cojines (15€)… y un buen trato. “Eso es lo primordial en esta tienda”.
Ropa, cuadros y muebles en La Importadora
Rafa, licenciado en Bellas Artes, heredó de su familia el nombre de un negocio de importación de muebles y lo ha mantenido. Primero en Los Remedios y ahora en Pérez Galdós, nº 2, a donde llegó en septiembre de 2009 buscando público internacional.
En un amplio local ofrece a la clientela moda, interiorismo y arte, ya que su tienda es también galería.
Tiene tres firmas de ropa de hombre en exclusiva (Ben Sherman, Merc y Fly) y una marca propia, La Importadora, de ropa de chica, de cuyos diseños se encarga él mismo. Otras como Jarlo, Blush y By Jam no son fáciles de encontrar.
Los precios oscilan entre los 16 € de las camisetas y los 400 de un diseño exclusivo de La Importadora, pantalones de hombre entre 60 y 90, de mujer entre 20 y 130… Y pinturas, muebles vintage de los 70, bolsas que se podrían enmarcar, todo “en un espacio con alma, ese es el concepto”.
Este negocio se instaló en el nº 3 de Ortiz de Zúñiga –al final de Pérez Galdós­– hace dos años, después de cuatro en la calle Regina, buscando un local más grande, ya que su tienda y taller de complementos con piedras semipreciosas precisaba más espacio.
Elisa y Nicola (hermanos italianos) y Sergio son los responsables de una actividad en la que destaca lo artesano, ya que todo lo que se encuentra en la tienda son creaciones propias: pendiente, colgantes, collares, anillos, tocados, pañuelos, foulards, guantes, peinetas… todo hecho o adornado con piedras.
Tienen otras dos líneas: venden las piedras en bruto para que el cliente fabrique lo que le guste y, por otra parte, lo hacen ellos por encargo de forma personalizada.
En cuanto a precios, entre los 10€ de unos gemelos y los 80 de algunas peinetas hay para elegir.
Es el negocio más veterano de la zona. Han pasado ya cinco años desde que Manu y Lorena se instalaron aquí, rodeados un locutorio, una inmobiliaria, una tienda de ropa de señora… El panorama ahora es distinto.
Esta tienda del nº 1 de Pérez Galdós vende ropa de mujer, complementos y tocados, estos últimos obra de Lorena, que estudió en una escuela italiana de diseño de Madrid y organiza talleres de ganchillo.
Las marcas con las que trabajan también son casi exclusivas, como KingKling, con una colección cuyos precios van de los 20€ de una falda a los 80 de un chaquetón, o Pepa Loves, diseñadora malagueña, que se mueve en los mismos precios.
Un poco más caras son Toki&Nabi (inglesa, vestidos de fiesta entre 85 y 120) y Rules by Mary (sueca, similares precios). La más versátil, Skunkfunk, que tiene desde bolsos hasta camisetas y dos lìneas, una más convencional y otra Premium.
“Con tantas marcas y variedad, tenemos clientas de 15 años y de 70. Encuentran lo que quieren”.

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