Llegaron a Sevilla en vísperas de la última Semana Santa, pero es
ahora cuando se han hecho más visibles. Las tiendas de la cadena Wonkandy han
revolucionado el mundo –más amplio de lo que se supone– de la venta de
golosinas al peso en nuestra ciudad, con productos innovadores, exclusivos y,
eso también, muy caros.
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Tienda Wonkandy de la calle Tetuán. |
La primera tienda en abrir fue la de la calle Puente y Pellón, en la
esquina con Lagares, y, tras un intento fallido en los Remedios (daba el sol en el escaparate y el chocolate se derretía), recientemente
se pueden adquirir sus productos en la calle Tetuán, en el local que antes
ocupaba Gallardo en el pasaje a Sierpes, y en la Magdalena, en otro pasaje, el
que comunica con la calle San Eloy.
Una de las artífices de esta idea, junto a otras personas, es Fátima Pereira, empresaria sevillana creadora
a finales de los 90 de la cadena de tiendas de moda infantil B&B,
entre otras empresas, y que ahora ha apostado por este negocio que, sólo hay
que pararse un rato ante una de las tiendas, apunta a éxito total.
Fátima prefiere el anonimato y es el relaciones públicas de la empresa,
Javier Villa, el que atiende a Sevilla Post.
Curiosamente, informa, la idea inicial no fue una
cadena de tiendas de golosinas sino de palomitas de maíz de todas las
variedades posibles, aunque al final derivó en gominolas, regaliz y chocolates.
Los productos que ofrecen en sus estanterías proceden de Alemania,
Suecia, Noruega y Suiza, aunque muchos de ellos son exclusivos, ya que han sido
creados según idea y diseño de Wonkandy, como la nube pitufo, la tradicional golosina de azúcar, pero con los
colores de los personajes de dibujos.
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Tienda Wonkandy de la Magdalena. |
Un alto porcentaje de estas chucherías no contienen lactosa y otro,
algo más reducido, son sin azúcar. Eso sí, todas se presentan en las
estanterías de la tienda de una cuidadísima forma, agrupadas por sabores y
productos: en un lado gominolas, en otro regaliz, más allá chocolate blanco…
La forma de funcionamiento, la habitual: sírvase y pague al peso. La
novedad es que todos los productos valen lo mismo: 1,60 € los 100 gramos , más caro que
en establecimientos tradicionales como el de la esquina de San Eloy y Silencio:
“El servicio, trato al cliente, calidad de las bolsas, presentación e imagen
hay que pagarlo”, dice Javier.
En Wonkandy destaca también el diseño, exterior… e interior, por lo
que no es extraño que en su oferta haya centros de golosinas especiales
sugeridos por el cliente o creados por sus trabajadores. Ahora se pueden ver
los de Navidad, como antes los de jalogüin
y más adelante no sabemos si se atreverán con la Semana Santa y la Feria.
Cualificación no falta si se ve alguna de las ofertas de trabajo
que publicaron en vísperas de abrir las dos últimas tiendas. Incluso tienen un
producto estrella especial consistente en un carro de golosinas para la barra
libre de las bodas.
Los dos proyectos inmediatos de Wonkandy son abrir una tienda en Cádiz
y ofrecer la posibilidad de franquiciar la marca a nivel nacional.
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