sábado, 2 de mayo de 2020

La fase 0 va en chándal


Más walkers que runners y muchas ganas de calle en las primeras horas de paseo consentido
No esperaron los sevillanos para disfrutar de las primeras horas de pseudolibertad y apenas minutos después de las seis de la mañana, hora oficial del paseo/deporte para el sector más amplio de la población en esta fase 0, había ya personal por el centro. ¿Atestando las calles? Nooooo. Pero desde tan temprana hora se notaba movimiento y, sobre todo, muchas ganas de calle.
Varios aspectos comunes.
La indumentaria por antonomasia, el chándal, que lo mismo vale para el que va a correr que para el que va sólo a pasear que para el que va a cualquiera de las dos cosas que para el que no va a ninguna de las dos pero está en la calle.
El objetivo principal, la plaza Virgen de los Reyes, la Giralda.
Abundan tipillos alejados de lo atlético y, en moderno, más walkers que runners, es decir, más gente paseando (o lo que sea) que corriendo. La mayoría, -tiene guasa- sin mascarilla.
Muchas fotos y selfies.
Un grupo de jóvenes baja por Mateos Gago coincidiendo con las campanas del primer cuarto, ataviados con prendas deportivas y sin aparente esfuerzo. “¡Mira, quillo! La Giralda”. “Claro. Está confinada y no se ha movido, no te joe”. Tras varias fotos evitando algún ciclista, desaparecen por la plaza del Triunfo con andar alegre pero pausado.
Un fotógrafo, sin chándal, busca la mejor perspectiva desde la plaza de la Alianza y dos parejas se cruzan en el Patio de Banderas. Vacías las calles del barrio de Santa Cruz hasta la Alfalfa, donde la amable dependienta de la confitería ‘El horno del Abuelo’ ya lleva una hora en el tajo. “Yo no veo a más gente hoy que otros días. ¿Ya se puede salir a pasear? ¿Ya es sábado? No sé ni el día en que vivo, sólo que abro en cinco minutos”. Mientras, aparecen los primeros atletas en la plaza pero para hacer un descanso…
Ya la luz es igual detrás de la Giralda que Mateos Gago hacia arriba y otros dos chavales con indumentaria al uso aparecen por Don Remondo. “Venimos desde Santa Justa, pero hemos tenido que parar de correr porque estamos reventaos”, nos dice uno de ellos, tan perfectamente peinado que más parece un paje de la Quinta Angustia que un deportista. Y sin una gota de sudor.
Otro, con una camiseta del Chelsea, llega a la plaza por Cardenal Amigo Vallejo y nos da la clave: “He salido a pasear. Bueno a hacer deporte. Vamos, a andar, que también es hacer deporte ¿no? Y te puedes ir un poquito más…”.
Hay que recordar que si se está haciendo deporte se puede uno alejar de su domicilio todo lo que quiera en su franja horaria, pero si se trata de un paseo el límite es de un kilómetro. Así que, lógicamente, todo el mundo en chándal (que ir en vaqueros a hacer deporte canta un poco) y nadie paseando, todo lo menos, andando rápido como Rajoy.
Con el día ya abierto y un rato largo en la calle se pierde la noción de la fase, que te vuelve a abofetear cuando doblando esa esquina no hay ni movimiento ni charla ni olor a café y tostada.

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