miércoles, 12 de octubre de 2011

El hombre, nuevo sexo débil, según el último ensayo de Almuzara

En La masculinidad robada María Calvo culpa al feminismo de la feminización del hombre por sostener que las manifestaciones de masculinidad son nocivas para su desarrollo

La masculinidad robada, nuevo ensayo publicado por la editorial andaluza Almuzara desvela que, según estudios de prestigiosos profesionales, los varones se han feminizado. La razón: el fomento por parte de sectores del feminismo radical con poder en las instituciones de ideas y tesis que sostienen que las manifestaciones de masculinidad son actos nocivos para el desarrollo personal y educativo de los hombres.
La autora de esta obra, María Calvo, doctora en Derecho Administrativo y profesora titular de la Universidad Carlos III, afirma que “el estilo femenino de actuación se ha impuesto hasta tal punto que se ha producido un retroceso en los niños y los jóvenes varones. Sus intereses no son valorados y las tendencias de su comportamiento innato no son toleradas. No se comprenden y, por tanto, no se respetan los condicionantes genéticos que les llevan a ser introspectivos, a tener actitudes en apariencia desafiantes o a la asunción y pasión por el riesgo”.
El ensayo apunta que por primera vez en la historia de la Humanidad, en los países desarrollados, mientras las mujeres están logrando situarse en el lugar que les correspondía por dignidad y derechos, los hombres están desubicados. Los cambios inducidos por el feminismo radical han conformado un paisaje social irreconocible, propiciando modificaciones que generan confusión, como el rol del hombre en la sociedad actual. Estudios, estadísticas e informes avalan que los varones se han convertido en el nuevo sexo débil.
Aunque vivamos en una sociedad aún dominada en gran medida por los hombres, las transformaciones en el mundo infantil son ostensibles y no siempre para bien. Los varones sufren una grave crisis de identidad desde que comienzan a tener conciencia de sí mismos. Las pautas de comportamiento, exigencias, preferencias y habilidades femeninas son consideradas prioritarias e ideales para un entorno escolar que presume las manifestaciones de masculinidad como nocivas para el correcto desarrollo personal.
La conclusión de la autora es que en este ambiente social y educativo crece toda una generación de individuos carentes de la también favorable dimensión masculina. Niños incomprendidos que engrosan las estadísticas de fracaso escolar, con problemas de conducta, depresiones, consumo de drogas en los casos más extremos, hiperactividad, etc.
Este libro expone "una realidad candente pero ignorada hasta la fecha", explicando sus causas y aportando soluciones "que nos interesan y conciernen a todos, en el necesario afán de construir una sociedad mejor, más integrada, equilibrada y plena", asegura Calvo.

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