El cartelista de 2012 pretende plasmar en su obra el fundamento y fondo de la celebración de la Semana Santa de Sevilla
Los teléfonos no han parado de sonar en el estudio de Antonio Dubé de Luque desde que la primera de las llamadas le anunció anoche que sería el autor del cartel de la Semana Santa de Sevilla 2012. Entre felicitaciones y solicitudes de entrevista saca tiempo para atender esta con Sevilla Post.
Antonio Dubé, junto al cartel de la Coronación de la Virgen de la Encarnación de San Benito. |
“No tengo ni idea de lo que voy a hacer… La Semana Santa de Sevilla, la estación de penitencia de las cofradías, los pasos, todo eso tiene un fundamento, un fondo por celebrar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo y pretendo llevar eso a la reducida superficie de un cartel. Pero aún no sé cómo”.
- Suena complicado.
- Lo es, me tengo que devanar los sesos. La Semana Santa no es un desfile carnavalesco, ni de carrozas. Tiene un fondo y un sentido. Y yo no quiero pintar por pintar una imagen o un paso. Quiero expresar ese fondo.
- ¿Ha hecho ya alguna prueba?
- No. Al exponer algo artísticamente tiene que haber un guión, un sentido que guíe tu obra para luego darle forma. Eso es lo complicado.
- Sus carteles anteriores tienen un estilo definido. ¿Seguirá esa línea?
- Por supuesto. Tengo mi estilo y no lo voy a cambiar. Si me han elegido será porque lo conocen y les gusta.
- Me ha comentado antes que no se lo esperaba, pero parecía estar claro que sería su año.
- Sí, pero han sido varias veces con el mismo rumor y luego nada. Hay mucha gente joven con ideas nuevas…
- ¿Muy distintas?
- Sí, pero… Verás… El arte refleja siempre el momento de la sociedad y nosotros vivimos momentos convulsos. La gente busca algo, un rayo de esperanza al que agarrarse para salir de este momento malo y eso se ve en los nuevos y en los que somos de la antigua ola.
Suena otra vez el teléfono. Es José Rodríguez, antiguo hermano mayor de la Trinidad con el que tiene una antigua y buena amistad forjada en los años en que hizo las figuras del paso del Sagrado Decreto. La conversación deriva en guasa (“… no, si igual pinto la Canina…”)
Sin dejar de sonreír cuelga el teléfono. “Con lo tranquilo que estaba yo ayer a esta hora…” Seguimos.
- Hablábamos de los nuevos artistas, la sociedad…
- Sí. Una cosa que sí está clara es que se ve perfectamente cuando alguien no cofrade hace una obra cofrade. Puede ser técnicamente perfecta, pero no dejará de ser una obra de temática de Semana Santa a la que falta sensibilidad.
- Entonces, si hablamos de imágenes…
- Antiguamente cuando a un artista le encargaban una imagen de culto se retiraba a meditar. Era muy importante plasmar algo en lo que realmente crees y quieres. Sin esa sensibilidad y misticismo es difícil que una imagen atraiga la devoción y los rezos a sus pies, que es para lo que se concibe.
- ¿Usted ha hecho eso?
- A mí me han pasado cosas que pueden ser casualidad o como se les quiera llamar, pero me han influido. Por ejemplo, pintando el cartel de la beatificación de Sor Ángela no sabía ponerle rostro y llegué a pensar si realmente ella querría todo lo que se estaba preparando. Al poco, me levanté y enseguida pude acabar el cuadro.
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