viernes, 3 de febrero de 2012

"Siempre ha habido personas vetadas implícitamente para dar el pregón"

Ignacio Pérez Franco nos recibe en su despacho, cerca de la Alfalfa. Luis Rizo acaba de entregarle las pinturas que ilustrarán el programa de mano que se entregará en el Maestranza el 25 de marzo, día de elecciones que el pregonero, desde el atril, ve de lejos. No hay manera de que nos deje publicarlas... “Las instrucciones de discreción son muy firmes”. Con las ideas claras en cuanto a fondo, forma y objetivos, se le ve tranquilo, contento y expectante.

El pregonero, junto a una foto junto a su mujer
con Juan Pablo II en audiencia privada
-¿Está acabado el pregón?
-Casi. Podríamos decir que está al 85%. Lo tengo estructurado en capitulos y algunos no estan rematados. Siempre está abierto, lo relees y se te ocurre algo nuevo... Aunque haya que entregarlo para la imprenta, siempre se puede añadir algo a posteriori para decirlo desde el atril.
-¿Eso te da tranquilidad?
-El pregón es hijo de la actualidad y si pasa algo relevante habrá que incluirlo aunque no venga en el libro. En el pregón de la coronación de la Virgen de Regla gustó mucho la oración final. Se me ocurrió la noche antes y no está en la edición impresa.
-¿Qué haría que lo cambiaras?
-Acontecimientos como el 11S o el 14M no se deben pasar por alto.
-Si está al 85%, podemos hablar de él ¿no?
-Sí. (sonríe)
-Si el pregón es hijo de la actualidad, lo normal es que aparezca la crisis...
-No voy a forzar el texto ni para que salga algo, ni para que deje de salir. La crisis tiene nombre y apellidos, es actualidad y vivimos con ella. Saldrá y será fácilmente identificable.
-¿Deben aparecer temas sociales?
-El eje es religioso, la conmemoración de la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Y hay pasajes de su vida que pueden tener connotaciones sociales y al hilo de esos pasajes se pueden enlazar, pero sin forzar el texto.
-¿Qué consejos te han dado?
-El primero, que era mi pregón, que no intentara parecerme a nadie. Recientemente, que era mejor dejar a la gente con ganas de más que pasarme de tiempo. Me he planteado escribir y luego recortar lo necesario. El acto completo debe durar unas dos horas, así que hay hora y media para el pregón, que ya está bien.
-Háblame del trato de la gente.
-Me han dado mucho cariño. He ido a muchos actos y he notado el calor de las hermandades. Dije que iría a todos y pienso hacerlo. Una anécdota: como abogado la gente suele decirme ‘¿qué hay de lo mío?’, ahora me dicen ‘¿qué hay de la mía?’, por su hermandad.
-¿Y?
-De momento aparecen un 80% de las de penitencia. Puede que entren todas pero no es seguro. Soy respetuoso y no me parece bien nombrar a una imagen por cubrir el expediente.
-¿Cómo ves la propuesta del Arzobispado de poder vetar candidatos a pregonero?
-Esa situación no es real y no creo que vaya a serla. Al arzobispo siempre le han comentado quién es el pregonero y recogiendo su sugerencia se le da ahora carta de naturaleza en los estatutos del Consejo. Por otra parte siempre ha habido personas que han estado implícitamente vetadas por la autoridad y no eran necesarias listas previas. Se ha tergiversado el tema. No es cierto que vaya a haber que presentarle a Palacio una lista previa para que descarte.
-¿No?
-Eso no se ha dicho nunca y yo estoy en la comision de estatutos. Sí ha dicho el arzobispo que le gustaría saber antes de la elección los nombres que se barajan. Igual se reúnen días antes de la elección para ver qué nombres hay y luego se llevan a Palacio. De todas formas, yo creo que el problema no esta tanto en la autoridad eclesiástica como en la madurez de los cofrades. Con esto yo creo que se trata de evitar inventos. Por ejemplo... un cantante escribe bien y tiene buena voz, pero su testimonio público no es el más adecuado. En otra época vino desde de Madrid un ministro que no tenía ni idea. Si se decide un perfil adecuado, seguro que no hay ninguna pega, indicación o veto por parte del Arzobispado.
-¿Autocensura?
-No. Saber en qué terreno estamos. No estaría bien que un periodista radiofónico (se refiere a Iñaki Gabilondo), por muy bien que hable, escriba y mucho que sepa de Semana Santa y de Sevilla, diera el pregón si su testimonio público y el de sus medios ha sido contrario a los valores de la Iglesia. Los propios cofrades sabrían que el perfil no se adapta y si se hiciera sería buscar un enfrentamiento directo con la autoridad. Es como si para predicar en la función llamas al padre Apeles.
-¿Que te parece el caso de Soraya Sáenz de Santamaría?
-Como norma general, no veo bien que un politico entre en este tipo de terrenos, por eso creo que debería mantenerse al margen. Es más ni siquiera, en Sevilla, si nos encontramos con uno que es reconocido cofrade, como Javier Arenas. Tienen que gobernar para todos y siempre se le podrá decir a cualquiera que no ha hecho tal cosa que nosotros, cristianos, defendemos.
-Parece que dar el perfil puede ser complicado.
-Pues te diría, por ejemplo, que no veo porqué debe existir el veto a divorciados. Puede tratarse de una persona creyente, íntegra, de comportamiento intachable y, sencillamente, las circunstancias lo han tratado así.

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